Después de una derrota frente al C.D. Lugo, decorada con tintes de injusticia en el albor del fin de semana, y tras una exhibición de paciencia y comprensión, casi sorprendente en el entorno futbolero de la ciudad, llegó el momento de la copa.
En esta competición, por excelencia la de nuestro Real Zaragoza, con las debidas y necesarias rotaciones evitando el riesgo y la temeridad de la primera eliminatoria frente al Granada, nuestro equipo fue infinitamente superior durante 88 minutos, y durante los dos últimos y el descuento un equipo timorato, cobardón y aculado en su portería. A punto estuvo de condenarnos a una letal prórroga esta actitud, lo mas preocupante de un enfrentamiento en el que solo hubo un equipo, y en el que se pudo percibir con claridad que hay plantilla; Papu, Oyarzun y Raul Guti tiene galones mas que de sobras para encumbrarse al once tipo una vez que alguno de los habituales baje el nivel.
Esto es un equipo, y ahora si parece que lo tenemos
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